miércoles, 3 de septiembre de 2008

lo que valoro

Cuando emprendemos una acción, nos obligamos a nosotros mismos a definirnos mediante una postura determinada. En caso de que nuestro modo de actuar sea erróneo i cometamos un grave error, sus consecuencias nunca serán del todo negativas, porque de todos es sabido que mucho se aprende de los grandes errores y aunque aparentemente pueda parecer un fracaso, la experiencia demuestra que la lección recibida será de gran utilidad en el futuro. De manera que, si acertamos con nuestra actitud, el éxito será completo y si nos equivocamos con ella, siempre habrá un beneficio. Tal como cita un refrán popular 'No hay mal que por bien no venga'. Sin embargo, la persona que por miedo a equivocarse se mantiene pasiva, se lamentará un día de no haber actuado, porque se dará cuenta de que su cobardía le ha llevado a un fracaso mayor que el que hubiera conseguido pasando a la acción de forma equivocada. Quizás entonces comprenda que, quien algo quiere algo le cuesta, porque en esta vida nada es gratuito y a la vez, nada se valora tanto como aquello que requiere un gran esfuerzo para conseguirlo.

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